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Soy Eloy González, un ilustrador murciano especializado en diseño, packaging y marca, cuyas creaciones salen de un pequeño estudio ubicado en la pedanía huertana de Puente Tocinos.
Como muchos artistas, desde que tengo uso de razón he dibujado todo aquello que veía utilizando todo tipo de materiales. Aunque siempre estuve muy influenciado por el dibujo lineal que hacía mi padre cuando trabajó como delineante. Tenía una pequeña oficina donde dibujaba a mano, con lápiz y tinta, todos los planos arquitectónicos que le encargaban. Unos planos que para mí eran obras de arte y que intenta imitar a mi manera a su lado.
A pesar de encantarme el dibujo, entre mis primeras opciones no estuvo estudiar una rama artística pura como pudiera ser Bellas Artes o similar. Inicie mis estudios en Arquitectura en Madrid. Una carrera que a pesar de tener un grado técnico en todas sus asignaturas dejaba la puerta abierta a lo artístico. Fue ahí donde di mis primeras clases de dibujo artístico, aprendi las bases necesarias del dibujo clásico y me enamoré del arte.
Tras dos años en la capital en los que aprendí mucho de dibujo y poco de arquitectura, volví a Murcia para estudiar Ingeniería de Edificación. Lo que fue Arquitectura Técnica y antes Aparejadores. Mi plan era seguir los pasos de mi padre y trabajar en el sector de la construcción pero la crisis del ladrillo lo hizo imposible. Así que aproveché para seguir formándome en algo que realmente me ilusionara. Me presenté a las pruebas de acceso a Diseño Gráfico y a las de Ilustración. Ambas me apasionaban. En aquella época recuerdo estar hecho un lío y no sabía muy bien cuál de las dos elegir. Pero el destino me lo puso fácil. Solo aprobé el acceso a Ilustración en la Escuela de Arte. Y aquí empezó mi camino por este maravilloso y complicado mundo de las artes gráficas.
Desde entonces lo que más me gusta es poder dar a conocer las ciudades, sus costumbres, su gastronomía y sus rincones conocidos y desconocidos a través de lo que más me gusta: la ilustración.
En mi obra hay elementos recurrentes que proceden de mi paso por Arquitectura. Y es que tantos años de dibujo técnico han influido en mi forma de dibujar. Edificios y lugares emblemáticos son los protagonistas de muchas de mis ilustraciones. Una excusa perfecta para contar historias y darle estilo y sentido propio. Y es que en cada ilustración intento poner mi granito de arena aportando algún motivo personal.
Me gusta mucho utilizar colores vibrantes, saturados, que le den a ese lugar una nueva identidad propia pero manteniendo esa esencia que la caracteriza. Un dibujo lineal que bebe tanto de mis orígenes como de otro elementos como el cómic o los libros ilustrados. Referentes tengo muchos. Y prefiero dejarlos en el anonimato. Que cada uno saque sus conclusiones. Yo soy de los que cada semana descubre un/a autor/a nuevo y se enamora de su estilo.
Mi manera de mirar el mundo también ha estado influenciada por el diseño gráfico. Siempre he tenido curiosidad por esa manera de crear tan especial donde lo importante recae sobre la tipografía, la forma, la proporción y el peso sobre el conjunto de una imagen para adaptarlo a los distintos formatos. Es por eso que me especialicé con un máster en diseño, packaging y comunicación. Tres puntos fundamentales que me ayudaron a llevar mi ilustración a otro nivel y donde conocí profesionales del sector que me ayudaron y guiaron en mis proyectos. Aquí aprendía a sintetizar una idea y transformarla en una imagen de manera sencilla sin perder su esencia. Como diría Bruno Munari: “Complicar es fácil. Simplificar es difícil”.